En una ciudad donde el teatro convive con la calle, la música y la memoria, hay compañías que no solo crean espectáculos: crean experiencias. Anònims Produccions @anonimsproduccions www.anonimsproduccions.com, con sede en Sant Boi de Llobregat en la provincia de Barcelona, es una de ellas. Su propuesta escénica se aleja del teatro convencional y se sumerge en la creación propia, donde la música no acompaña: protagoniza. Obras como «Veganos, el musical», «Balada per un home mort» o «Pols a la memòria» son prueba de que el arte puede ser irreverente, poético y profundamente político sin perder el humor ni la emoción.

Desde su nueva etapa como heredera de Pupipia Produccions, Anònims se consolida como una voz singular en la escena catalana, apostando por espectáculos que interpelan al espectador desde lo íntimo y lo colectivo.
En esta entrevista, nos acercamos a su proceso creativo, a su manera de entender el teatro como herramienta de transformación, y a los desafíos de hacer arte independiente en tiempos de algoritmos y urgencias. Hoy hablamos con Anònims Produccions: teatro contemporáneo desde Sant Boi con sello propio.
¿Cómo definiríais la identidad artística de Anònims Produccions? Creo que es muy difícil definir la identidad artística de nadie y menos la nuestra. Nuestro propósito como compañía y como creadores es siempre ser honestos con nosotros mismos.
Nuestra inquietud creativa, que se focaliza en el teatro y en los musicales, nos lleva a explicar historias que para nosotros tienen una relevancia especial. Llevamos toda una vida haciendo teatro y explicando las historias que otros han escrito y creemos que ya era momento de escribir y contar nuestras propias historias a nuestra manera.
¿Qué os llevó a apostar por espectáculos de creación propia con la música como eje? Siempre hemos sido muy fans de los musicales. En nuestro caso trabajamos siempre en tándem, Jesús Horcajo desde su visión de músico y Estanis Aboal como dramaturgo, creando espectáculos dónde la música tenga un foco especial. La música permite que la historia se explique desde muchos más matices, enfatizando en el trasfondo y los sentimientos de los personajes.
Creemos también que el teatro musical muchas veces se frivoliza y se considera un formato de lentejuela y purpurina…como defensores de los musicales, creemos que se pueden explicar grandes historias desde el formato de teatro musical, tanto cómicas como dramáticas.

¿Cómo ha sido la transición desde Pupipia Produccions a esta nueva etapa? Pupipia es el primer nombre que adoptamos como compañía de teatro profesional, aunque llevábamos trabajando juntos desde 1997. Evolucionamos hacia Anónims Produccions por ser un nombre mucho más maduro y que nos representaba como entidad. El nombre de Anónims nació a partir de diversas conversaciones con algunos programadores y distribuidoras, que nos insistían que sería mucho más fácil vender nuestros espectáculos si hubiera personas conocidas en nuestras fichas artísticas.

¿Cómo elegís los temas que queréis abordar en cada espectáculo? Cada tema aparece por si solo, conversando o incluso viajando. Barbablava nació viajando por Francia, allí redescubrimos el cuento de Perrault y creímos interesante hablar de esa parte oscura que tienen los cuentos y exploramos el personaje tétrico del hombre que lo inspiró, Gilles de Rais. Balada per un home mort surgió leyendo el poema breve de Óscar Wilde, y fabulamos con la historia de amor que ese poema había podido inspirar.
Pols en la memòria nació de vivencias personales, pensando en cómo sería el mundo interior de un paciente con Alzheimer, desde dentro de su subconsciente.
Veganos apareció con el pretexto de simular un amor imposible, entre una chica vegana y un chico carnívoro que le oculta la realidad para enamorarla. Siempre establecemos una hipótesis y la desarrollamos mediante el diálogo conjunto.

¿Qué retos enfrentáis como compañía independiente en Barcelona? Realmente nuestra sede está en Sant Boi de Llobregat, muy cerca de Barcelona. Creemos que el problema principal para cualquier compañía que quiera entrar en la jungla del teatro de Barcelona, es la visibilidad, la financiación y los contactos.
En nuestro caso, cada nuevo espectáculo nos ha obligado a vendernos desde cero, ya que los programadores no facilitan que entren compañías nuevas, ni espectáculos desconocidos. No quieren riesgos, buscan la programación fácil, que llene sin casi publicidad y con infraestructuras muy precarizadas, dónde se prioriza que montes y desmontes rápido, atraigas tu el público y aceptes casi cualquier cosa por ser programado.
Nosotros hemos tenido la suerte que pudimos entrar en teatros como el Teatre Gaudí, el Teatre Eixample, l’Ars Teatre, Almería (actualmente Golems) o el Raval, pero es muy complicado ser escuchado o simplemente que se te conteste a los mails. Hay muchos teatros que programan únicamente a las compañías que conocen y ni siquiera dan oportunidad a otros nuevos creadores.
Por otro lado los departamentos de cultura de las instituciones y ayuntamientos no tienen en general demasiado interés en ayudar, son pocos los que nos han tendido una mano en todo este proceso y realmente te planteas dejarlo en múltiples ocasiones. Ser compañía de teatro independiente es un acto de amor por el teatro y de masoquismo, aunque estamos felices de seguir intentándolo proyecto tras proyecto. Por el momento hemos conseguido tener temporada con todos los espectáculos que hemos creado, esperemos que la racha continúe.
¿Cómo es el proceso de creación colectiva dentro del equipo? No trabajamos desde una creación colectiva, pero sí nos contaminamos y alimentamos del proceso de trabajo. Solemos realizar un primer guión totalmente finalizado, y a partir de ahí surge la música, se adapta el formato de las letras a la música y posteriormente se ensaya.
En la sala de ensayo suelen surgir variaciones del guión, se modifican letras y todo se encaja para que el espectáculo tenga un ritmo concreto. Todo se vuelve un engranaje, pero las piezas pueden irse modificando si es necesario. El proceso de ensayo es la parte más viva y es dónde surge realmente el espectáculo, aunque hay mucho trabajo de mesa anterior.

¿Qué importancia tiene el vínculo con el público en vuestros montajes? Como decía Peter Brook, no hay teatro sin espectadores. Al final, el público es un elemento más. Solemos incorporar el público en el proceso de ensayo, ya que es muy importante ver como articula el texto y la música con la reacción de los espectadores. No solemos hacer espectáculos en los que el público participe activamente, pero siempre rompemos de una manera o de otra la llamada “cuarta pared” para que el público se sienta parte imprescindible de lo que está viendo y lo viva realmente.

¿Qué proyectos tenéis en marcha actualmente? Desde que acabamos temporada con Balada per un home mort en el Teatre del Raval, hemos iniciado un largo proceso de creación en el que nos hemos planteado diversos proyectos. Hemos creado en este tiempo Titus Andrònic, el musical, a partir del texto de Shakespeare, pero tras iniciar el proceso de ensayo, decidimos aparcarlo hasta encontrar el momento propicio para estrenarlo.
Encontramos dificultades para poder estrenarlo adecuadamente, y decidimos optar por formatos más reducidos. Actualmente estamos ensayando un nuevo proyecto dramático de texto llamado “La fase àuria”, aunque contará con banda sonora propia y original, no será un musical. Y paralelamente estamos creando otro musical de pequeño formato llamado “Desconeguts” para tres intérpretes que verá la luz muy pronto.
¿Qué soñáis para el futuro de Anònims Produccions? A nosotros lo que nos mueve es crear espectáculos y verlos sobre el escenario. Nos encantaría una utopía en la que se pudiera crear, sin preocuparse de asumir nosotros el coste de producción, tener un lugar de ensayo adecuado y poder contar con la estabilidad que proporciona tener teatro para hacer temporada antes de estrenar.
Vemos muy difícil que esto se pueda cumplir, por lo que seguiremos produciendo nuestros espectáculos y buscando la manera de que lleguen a las salas lo antes posible.